Un policía lustra su palo de reprimir con un limpiabotas; un bufón salido de un televisor lame las chanclas de un rey; una madre arranca una manzana
pintada de su vestido y se la da a su niño...
Son obras salidas de la mano y la mente de Seyran Caferli, un talentoso dibujante de mirada aguda y crítica, un periodista que ha dedicado su vida a hacer caricaturas y que no deja de pensar en los problemas
sociales que le rodean.
Nacido en 1966 en Imishli, Azerbaiyán, Seyrán publicó su primera caricatura en el magazine
Kirpi en 1982, y ha obtenido
diversos premios y reconocimientos
internacionales en su larga y fecunda carrera de humorista gráfico.
Rica en petróleo, la República
de Azerbaiyán es una nación euroasiática situada en el Cáucaso al borde del mar Caspio, y que tiene fronteras
con Rusia, por el norte, con Georgia y Armenia por el oeste, e Irán por el sur. En 1991 se separó de la antigua Unión Soviética y declaró su independencia. Poco tiempo después tuvo lugar un conflicto
interno provocado por la guerra de Nagorno Karajab, una región del país que decidió formar gobierno propio.
De Azerbaiyán es el famoso
ajedrecista Gari Kaspárov, y también el caricaturista Seyran Caferli.
La caricatura es un arte –dice Seyran-, y pienso en el tema de mis dibujos después de las 12 de la noche. Salgo a respirar el aire fresco, a mirar las estrellas en el cielo y en ese momento pienso en lo que debo
dibujar. Entonces lo anoto en un papel y me voy a dormir, hasta el otro día.
Siempre necesitamos el humor
y la sátira –añade Seyran- durante toda nuestra vida. Siempre es así.
Nos encontramos con ideas diferentes a lo largo de la existencia, y los problemas y preocupaciones sociales que acontecen a nuestro alrededor,
y que me angustian, nos siguen cada día, y a veces nos dan sensación de humor, y otras, de dolor. Nuestra vida también es como el humor y la sátira. Nuestra alegría se ve como el humor, nuestro dolor se parece a la sátira.
Seyrán manifiesta que en la actualidad, las caricaturas aparecen
muy raramente publicadas
en los medios de Azerbaiyán,
lo que crea obstáculos para el reconocimiento de este arte. Una de las razones principales
de ello es que los caricaturistas
no reciben honorarios de los periódicos y revistas, por lo que acuden a publicar sus dibujos en el exterior.
La caricatura es mi vida y seguiré siendo fiel a ella –finaliza.
lunes, 20 de diciembre de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)