viernes, 20 de marzo de 2009

La situación del humor gráfico en la Argentina


LA SITUACIÓN DEL HUMOR GRÁFICO EN LA ARGENTINA: LO QUE PASA EN LA ARGENTINA NO ES CHISTE
Opinan Claudio Kappel, Oscar Milicich y Ana von Rebeur.
Publicado en www.tebeosfera.com de Sevilla, España.
por Ana von Rebeur – Humorista , dibujante humorítica y presidente de FECO Argentina (Federación Internacional de Organizaciones de Cartunistas)


El humor siempre representó un estado de rebeldía y resistencia contra el status quo, una mirada avispada para azuzar conciencias, una acto de protesta escondido tras una sonrisa. No es raro, entonces, que después del primer shock inicial que nos dejó a todos sin palabras ante el caos financiero, político y económico en que se ve hundida la Argentina, no nos quedara a los humoristas otro remedio que hacer chistes ante semejante tema enorme como es ver en directo el cataclismo de un país al que todos insisten en esquilmar, de tantas riquezas naturales que tiene. La Argentina es una paradoja para el mundo entero : acá la droga no circula más que en ámbitos muy reducidos de miseria o de empresariado acelerado, el alcoholismo casi no exis6te y de hecho, es una sociedad sana para quien drogarse o emborracharse sólo denota la presencia de enfermo a quien hay que ayudar. Tampoco hay obesos como en Australia o Estados Unidos, la mayoría de la gente usa calzado, bebe agua potable en abundancia, no padecemos cataclismo naturales como terremotos o ciclones, el clima es siempre benigno y las cosechas son fáciles debido a que se realizan en tierras llamas y fértiles. Pero tenemos un karma desgraciado, tal vez justamente debido a que nuestras bendiciones fueron nuestras maldiciones: allí donde todo abunda por naturaleza, la tentación de robar es grande. Y nuestros gobiernos siempre han robado. Los indios nativos ni siquiera tenían en sus lenguas una palabra que refiera al acto de robar: eran comunidades tranquilas que compartían todo lo que tenían. La primera desgracia fue la llegada de los incas, que impusieron la primer dictadura entre pueblos locales y mansos , como los tehuelches, diaguitas , guaraníes, wichis y qom . Luego llegaron los españoles a matar a todos los pueblos aborígenes y robar su tierras, para repartirlas como “ mercedes” entre los más destacados de los militares genocidas. De ahí en más, todo intento de socialismo bien entendido fue respondido con fuego y más matanzas. Y ganan los gobiernos con poder, que pasó de ser las ramas a ser el dinero. Mucho dinero en manos e unos pocos, tratando de mantener en la esclavitud a la gran mayoría, es lo que pasó en los últimos años, sumado a una masa inmigratoria que creyó que encontraba acá el Paraíso perdido para encontrase con leyes arbitrarias, impuestos absurdos y desocupación. Como buenos hijos y nietos de inmigrantes, el concepto de “ patria “ allí donde no te hacen la vida fácil es difícil de asimilar. Los argentinos pasamos los ´60 y los ´70 escuchando en todos los medios que este era el mejor país del mundo. Hablar mal del país era una ofensa, una traición. Desde los ´80 hasta ahora nos venimos mancillando día a día con la novedad de que parece que somos el peor país del mundo, manejados por una dinastía inagotable de cuadillos corruptos que se sirven a sí mismos en lugar de servir al pueblo. Como buenos inmigrantes perpetuos,. Seguimos mirando con añoranza a los destinos de donde vinieron nuestros abuelos, pensando “ ¿ Por qué no se habrán quedado allí? “ . Y, como dice el humorista Enrique Pinti , “ siempre sentimos que estábamos de paso, y como todo pasajero de paso en un hotel , nos robamos las toallas y los jabones”. Si algo teníamos de bueno era educación y salud gratuitas. Ahora, eso está en un tembladeral . Y el nivel educativo y de salud del argentino promedio cayó a niveles insoportables, en los que cualquier tipo de explicaciones o planes cae en un vacío ante multitudes al borde del semianalfabetismo que exigen “ Hay que matarlos a todos”. Ante este panorama, es muy difícil hacer humor. No tenemos bombas silbando sobre nuestras cabezas, pero sufrimos una dictadura civil por decreto, sin leyes ni justicia, y un gobierno sin autoridad más que para mancillar nuestra dignidad, que ejerce un ejemplo nefasto de arriba hacia abajo, que se refleja en cualquier ámbito del país. Se maltrata al público en los bancos, en las escuelas, en los hospitales, en las bibliotecas, con una impunidad atroz . “ ¿ Y cómo quiere que lo trate, señor? Estamos en el Tercer Mundo y mire lo que tenemos como gobierno...” es la explicación de una empleada airada, de una directora de escuela, de una recepcionista impaciente . Por primera vez en treinta años, me acabo de quedar sin trabajo. Sin ningún tipo de trabajo remunerado. Hasta hoy , siempre tuve trabajos sólidos, y hasta varios a la vez. Hace dos años, me empezaron a reducir el precio de las colaboraciones humorísticas a la mitad, y se me comenzó a pagar con cheques diferidos. Luego empezaron a quebrar empresas y editoriales que no me pagaron lo adeudado y tampoco me indemnizaron. También empezaron a pagarme con especies en lugar de con dinero: tres notas , un perfume Armani o un par de zapatillas . Este año echaron de distintas empresas a cinco de mis jefes. Que me echen a mí, ya era dramático, pero cuando despiden al jefe de uno, es gravísimo: uno se queda sin interlocutor, sin poder de renegociación ante un empleo . En un momento llegué e pensar que yo era de mal agüero: empresa en la que entro, empresa que cierra...hasta que vi que lo mismo le pasaba a muchos colegas. En este semana me están llamado de distintos medios ( radio, editoriales, televisión) para hacer colaboraciones sin sueldo. Echaron a tanta gente que están necesitando llenar espacios. Me ofrecen que busque mis propios esponsors . ¿ Una humorista saliendo a vender su página de humor o su espacio radial? No me hagan reír. Claro que eso implica que, si acepto, tienen en mi a la humorista y vendedora, todo en uno y encima, gratis . Muchos aceptan este trato. Yo todavía no me resigno ni a trabajar en medios reaccionarios con colegas con prontuarios de vender noticias falsas o publicitarias (o silencios estratégicos) , ni a dedicarme a algo que no es mi metier . Una amiga humorista se ofreció para hacer una página de humor y terminó haciendo una columna sobre arquitectura. Otra , dejó de dibujar para hacer tareas de telemarketing. Ahora solamente escribe columnas de humor para su página web. Otro se dedica a hacer maravillosos ejemplos de humor gráfico que reflejan los dramas cotidianos , y se los envía escaneados a todos sus conocidos por e mail. El nos ayuda a seguir adelante, y nosotros lo ayudamos diciéndole que nos encantó su chiste, y que lo mandamos a sitios web del exterior . ¿ Quiénes sobrevivieron esta crisis, en el mundo del humor? Los que estaban contratados desde hace años por grandes medios, los que trabajan para medios extranjeros , los que se adaptaron al gusto chabacano que exigen la radio y televisión actuales. Como estamos casi todos los humoristas sin trabajo remunerado, estos tiempos de crisis me parece que pueden ser aprovechados de varias maneras. Muchos de mis colegas están dando clases de humor gráfico a precios irrisorios, pero es algo que no podían hacer mientras tenían trabajo. Otros estamos enviando obras a concursos internacionales, trabajo que coordino gratuitamente como presidente local de FECO, federación que reúne a 2500 humoristas de todo el mundo en 23 sedes esparcidas por todo el planeta . Estamos recibiendo premios e invitaciones para recibir cheques en Turquía, Japón o Egipto. Pero si yo le muestro mi medalla japonesa,- obtenida entre 8500 participantes- al carnicero, él no me da ni una salchicha. De todos modos, gracias a esta maravilla de Internet, mucho nos estamos volcando a probar suerte en editoriales extranjeras, aún arriesgando a no poder cobrar un cheque en dinero extranjero debido al cerrado “ corralito” bancario que terminó con la circulación de moneda extranjera. Otros se están dedicando a estudiar o leer lo que tenían postergado, porque la crisis nos impide salir, gastar gasolina o ir al cine. Y todos estamos esperando que le vaya de maravillas a una revista de humor editada por un medio que me despidió hace cuatro años por “ reducción presupuestaria”, que está a punto de salir. La angustia es tal en todas parte, que creo que, una vez más, el humor será la salvación, el refugio, el consuelo, el alivio para todos. Desde hace años, en los concursos internacionales los rusos, letones, ucranianos, polacos, cubanos, iraníes y rumanos están cosechando premios maravillosos en concursos internacionales de humor. Muchos nos preguntamos por qué. Y nos respondemos que allí donde hay dolor, miseria, corrupción, crisis y desaliento, el humor se potencia como una revolución interna. El humor a tenido un impresionante éxito en los peores años de la dictadura argentina, para aletargarse en tiempos democráticos. Creo que en esta nueva dictadura civil el humor está a punto de florecer, todo está listo para que nazca un caldo de cultivo ideal para la protesta humorística, para la critica desde la sonrisa, para el pellizco cotidiano del chiste, para no aletargarnos ni acostumbrarnos a la injusticia. Todavía nos quedan atisbos de dignidad: “ Eso no lo hago” , “ Esto no lo acepto”, ruidos de cacerolas, grupos barriales solidarios formados para ayudar a los que menos tienen , información permanente en la web sobre corruptelas cotidianas, tamberos que regalan la leche a los indigentes para no venderla a precios viles, clubes del trueque donde no circula el dinero, y se cambian tomates caseros por cortes de pelo y asesoramiento legal por tortas ...Hay una lucecita en el fondo del túnel . Todo lo que nos sucede es tan doloroso que parece un enorme funeral . Pero ya se sabe que es junto al cajón del muerto donde se escuchan los mejores chistes.

AL MENOS ME EXPRESO
Por el humorista gráfico Claudio Kappel, Buenos Aires Argentina
Publico todos los días un chiste gráfico en la contratapa del diario La Prensa. La crisis en la Argentina ha generado un par de cosas en lo que a mi producción se refiere: la velocidad de los acontecimientos hace que haya chistes, que al día siguiente de haber sido elaborados, caducan. En los tres años que llevo publicando diariamente, como los chistes los elaboro con anticipación, es la primera vez que me pasa que en el diario me rebotan... ¡cinco chistes! Pero justificadamente: fue en diciembre del año pasado, eran chistes que yo había entregado la semana anterior con De la Rúa y Cavallo, así que, por razones de público conocimiento, obviamente ya no servían. Por otro lado, el desánimo es tan grande, que a veces no dan ganas ni de agarrar el lápiz. Si a esto le sumamos la pobreza de lo que pagan (en Argentina son pocos los que ganan bien en el humorismo gráfico), el desaliento para trabajar es muy grande. De todas formas, me siento un privilegiado al poder expresar todos los días -con humor e ironía- lo que siento.

ARGENTINO, UN CHISTE DEL DESTINO Por el humorista gráfico Osmi (Oscar Milicich)

Muchas veces me pregunto si los políticos argentinos no me estarán sacando mi profesión. Todos los días al levantarme, prendo la PC, para leer los diarios locales y nacionales (me sale más barato que comprar 2 o 3 diarios todos los días) al leer los titulares; enseguida busco las noticias más importantes y relevantes... todo es todo chiste, por más que busque algo serio, no encuentro. Siempre lo mismo, me da la impresión que desde hace años, nuestra clase política está empecinada en querer hacernos participar de sus propias ocurrencias, pero no se dan cuenta que su sentido del humor –negro- apunta a tan solo un pequeño grupo de lectores y que para el resto, la función terminó hace varios años atrás. Desde fines del año pasado, se mandaron – como decimos nosotros- la GRAN JODA. Inventaron un corralito para quedarse con todos nuestros pequeños ahorros, y de ahí en más a manejar nuestro dinero como se les ocurra. Atrás quedó la ilusión de muchos tontos que creímos que estábamos en el soñado Primer Mundo. Tontos e idiotas, como aquella vez que un pueblo en medio de la guerra de Malvinas se reunió en Plaza de Mayo para aclamar la llegada del Principito de Gran Bretaña para romperle el culo, mientras un grupo de militares, asesinos y secuestradores de miles de desaparecidos, terminaban sacando la bandera blanca y negociando una rendición, no estaba Maradona ni la “mano de Dios” para ganar esa maldita guerra. Realidad de una historia argentina que hoy por hoy se lleva a miles de almas a vivir al extranjero en búsqueda del paraíso perdido, muchos se empecinan en abandonar el barco porque piensan que con estos capitanes nunca se llegará a buen puerto. Los entiendo perfectamente, pero como buen leonino sigo creyendo en mi mejor herramienta, mi mano transpirada que toma el lápiz y lo apoya sobre la hoja blanca para crear un chiste que cause una risa liberadora, una alegría crítica y de buen humor, cargado de solidaridad para combatir el pésimo chiste de un gobierno de paso, que reelección o re-reelección de por medio, más de diez años no dura. Un ruido de cacerola hace temblar mi tablero, mi marcador fino cae al piso y se destruye la punta –pienso: ¿Cuánto me costará ahora reponerlo ya que era made in Germany?... Me asomo a la ventana y veo miles de personas haciendo sonar sus cacerolas como protesta a una realidad socio-económica que no eligieron en las urnas, hay de todo, ricos y pobres, cacerolas nuevas y ollas populares, tal vez sea la primera vez que veo al pueblo unido, saliendo a la calle con el solo motivo de decir basta de chistes; gobiernen, que para eso están, para eso se prepararon o estudiaron –si lo hicieron- y sino váyanse, ustedes son los que se tienen que ir, no nosotros que queremos una Argentina sana y sin corruptos. Quedaron atrás los años en que presentabas un trabajo a un jefe de redacción y te decía que era imposible publicarlo, porque si lo hacía, los milicos te cerraban el diario –años de censura de ideas- hoy haces un trabajo y no sabes dónde mierda publicarlo porque son años de censura económica, cada día son más los medios de comunicación que cierran sus puertas porque no hay ventas, porque no hay presupuesto, porque nos invadieron las multinacionales que arrasan con todo proyecto menor o nacional que exista. Es duro, muy duro, te hablan de competitividad, los buenos trabajan, los malos no...¿Quién decide? ¿La persona que está a cargo de una oficina de RR.HH. es idónea o no? ¿Está digitada por intereses personales? ...¿Quién lo sabe?. Siempre el acomodo o el amiguismo hace que trabajes o no. Argentinos 2002, sin rumbo, pero ilusionados, que trabajando seriamente y con profesionalismo vamos a salir adelante. ¿Existirá en la Argentina algún marcador nacional que pueda reemplazar al mío, víctima del último cacerolazo?
Oscar A. Milicich (Osmi) Rosario, marzo de 2002. Argentina

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